La astrología árabe se gestó poco antes del s. I a.C pero fue durante los ocho siglos d. C cuando se consolidó tal como hoy se conoce, coincidiendo con el periódico islámico. La herencia astrológica árabe proviene de los persas, turcos y sirios, quedando profundamente arraigada en su cultura, pese a que Mahoma quiso quitar poder a su influencia.
También el horóscopo árabe encontró otros detractores. El más importante fue el famoso alquimista, filósofo y galeno Avicena (980-1037), cuyo mayor apoyo en contra era el Corán, con citas como: "Sólo Dios conoce el porvenir". Con el tiempo y la pérdida de expansión musulmana la astrología árabe pasó a ser menos popular entre los eruditos.