jueves, 21 de abril de 2016

BASTET LA DIOSA GATA



Cuenta una leyenda que los egipcios perdieron la ciudad de Pelusio (hoy Puerto Saíd) ante los persas porque sostuvieron gatos frente a sus escudos, sabiendo muy bien que los egipcios eran incapaces de lastimar a este animal sagrado. 

Esto demuestra que quien gana una batalla no es el que tiene las mejores armas, sino la mejor información. Pero además nos da otro ejemplo del respeto que los antiguos egipcios tenían para con los gatos.

Si se han preguntado el por qué, la respuesta está en la diosa Bastet.

En este mito, el ojo de Ra, identificado con la diosa Hator, se va a vivir a Nubia, al sur de Egipto.

En el relato se manifiesta bajo dos formas felinas: Sekhmet, la diosa leona y Bast ( Bastet) la diosa gata.

El ojo de Ra se peleó con su padre y se retiró al desierto de Nubia. Thot se dirigió hacia el sur en su busca disfrazado de mandril (en principio, era Shu o un dios guerrero llamado Anhur, "el que trae a la Distante", quien perseguía a la diosa, pero en época posterior se atribuyó este papel a Thot).

La encontró bajo la forma de diosa gata;  para que la diosa sintiera nostalgia Thot le cuenta una historia, pero ella comprendió la estratagema y se transformó en rugiente leona.

Thot la calmó contándole más cuentos, le prometió ofrendas en todos los templos de Egipto y la convenció de que fuera con él al norte.

Cuando llegaron a la frontera, la diosa fue recibida por una multitud jubilosa. La serpiente del caos intentó matarla mientras dormía, cerca de Tebas, pero Thot la despertó a tiempo.
En Heliópolis se reunió con Ra y se convirtió en Hator.


Es la personificación de los cálidos rayos del Sol y ejercía sus poderes benéficos. Encarnaba los aspectos pacíficos de diosas peligrosas como Seejmet que expresaba las cualidades maléficas del Sol. 

Como ojo de Atum, estaba asociada a la Luna y protegía los nacimientos y a las embarazadas de las enfermedades y los malos espíritus.

Hace muy poco tiempo se ha terminado con una importante excavación, y se desenterró por completo un imponente templo dedicado a la diosa felina Bastet.

Este templo fue encontrado justo frente a las costas de Alejandría, y aunque aún no se ha confirmado bien que el mismo fue dedicado a la diosa, todo indica que así fue.
Lamentablemente el estado del templo es muy deteriorado, aunque los arqueólogos han comentado que se han encontrado muchísimas estatuas y figuras en arcilla con la figura de la diosa felina, las cuales aún se encuentran en perfecto estado, así también como una gran cantidad de grabados y pinturas que se pueden ver y leer a la perfección.
El templo en cuestión se encuentra en el centro del barrio Kom el-Dekka, un lugar en el cual ya se ha realizado otra gran cantidad de hallazgos importantes, por lo que los arqueólogos se encuentran impacientes por seguir excavando en la región mencionada.

Es una diosa pacífica pero, cuando se enfada, se transforma en una mujer con cabeza de leona, asimilándose a la diosa Sejmet y, algunas veces, es mucho más violenta que esta.
Al igual que el animal totémico que la representa, Bastet era una diosa impredecible que podía mostrarse tierna o feroz en cualquier momento.

A veces aparece como hija de Ra o Atum, tomando como madre a Hathor o a Tefnut. En otras ocasiones, forma tríada con Atum o Mahes "El León de Mirada Feroz" como esposos, y con Horhekenu como hijo. Desde el Imperio Antiguo, es la madre del rey, al que ayuda y protege para alcanzar el cielo.


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